La inteligencia emocional en la matronería y partería: un factor clave para el bienestar y la calidad del cuidado
- Yennifer Marquez
- 9 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 10 abr
El rol de la matrona y matrón en la actualidad es profundamente exigente a nivel emocional. Muchas profesionales en esta disciplina enfrentan altos niveles de estrés, agotamiento y ansiedad, lo que en algunos casos las lleva a considerar abandonar la profesión. Este es un problema crítico que afecta tanto a la calidad de vida de las matronas como a la seguridad y excelencia en la atención materna, en nuestro post de blog de hace unas semanas profundizamos sobre la desilusión que día a día viven las matronas y matrones.

Uno de los principales factores que comprometen el bienestar emocional de las matronas es el conflicto entre la expectativa de "estar" realmente con la mujer durante el proceso de parto y las demandas institucionales que priorizan el "hacer". Mientras que "estar" implica una presencia mental y emocional activa para atender las necesidades psicológicas de la mujer, el "hacer" se centra en cumplir con los procedimientos médicos y administrativos. Este dilema genera tensión y desgaste emocional, lo que subraya la necesidad de fortalecer la inteligencia emocional en la formación y práctica de las y los matrones.
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer y gestionar las propias emociones, así como las de los demás, con el fin de establecer relaciones interpersonales más efectivas y empáticas. Es una habilidad esencial en la práctica de la matronería, ya que permite a las profesionales manejar eficazmente sus propias emociones y responder de manera empática a las necesidades de las mujeres durante el parto. Un reciente artículo publicado destaca la importancia de este aspecto, señalando que el desarrollo de la inteligencia emocional en las matronas puede aliviar el malestar emocional en las mujeres y mejorar su experiencia durante el parto.

La capacidad de una matrona para reconocer y gestionar sus emociones no solo contribuye a su bienestar personal, sino que también influye directamente en la calidad del cuidado que brinda. Al estar emocionalmente equilibradas, las matronas pueden crear un ambiente de confianza y seguridad, aspectos fundamentales para que las mujeres se sientan apoyadas y con poder durante el proceso de parto. Además, la inteligencia emocional facilita la comunicación efectiva y la toma de decisiones bajo presión, habilidades cruciales en situaciones que requieren respuestas rápidas y precisas.
La evidencia sugiere que la inteligencia emocional puede desarrollarse a través de la educación. Se ha demostrado que programas de formación en inteligencia emocional para estudiantes y matronas contribuyen al aumento de esta capacidad y a la reducción del estrés percibido. Por lo tanto, fortalecer la inteligencia emocional en las matronas no solo mejora su desempeño profesional, sino que también enriquece la experiencia de parto de las mujeres, contribuyendo a resultados más positivos y satisfactorios.
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Referencias:
Mo Tabib, Tracy Humphrey, Katrina Forbes-McKay, ‘Doing’ is never enough, if ‘being’ is neglected. Exploring midwives’ perspectives on the influence of an emotional intelligence education programme, a qualitative study, Women and Birth, Volume 37, Issue 3, 2024, 101587, ISSN 1871-5192, https://doi.org/10.1016/j.wombi.2024.02.003.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1871519224000350
iz Coldridge, Sarah Davies, “Am I too emotional for this job?” An exploration of student midwives' experiences of coping with traumatic events in the labour ward, Midwifery, Volume 45, 2017, Pages 1-6, ISSN 0266-6138, https://doi.org/10.1016/j.midw.2016.11.008. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0266613816302807
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