Acompañar a una familia que decide parir en casa contempla varios aspectos desde el punto de vista clínico, administrativo y emocional, entre ellos informar adecuadamente los motivos por los que se debe realizar un traslado a un centro de salud, como se realiza y como se debe coordinar el traslado con las y los participantes que están acompañando a la mujer el día del parto, con el objetivo de mantener resultados maternos y neonatales óptimos en cuanto a morbimortalidad (FAME, 2022, p. 159).
El traslado puede ocurrir durante el trabajo de parto o después de haber ocurrido el parto, la evidencia menciona que el porcentaje de traslado de un parto en casa varía según la paridad de la mujer y si existe o no regulación del parto en casa en los países, siendo más frecuente el traslado en mujeres nulíparas y en países donde el parto en casa esta integrado al sistema de salud (Blix et al, 2014). Además, la probabilidad de un traslado es mayor durante el trabajo de parto en comparación al traslado post parto (Alcaraz-Vidal et al, 2021).
Independiente del momento del traslado, la coordinación y acuerdos previos con la familia es fundamental para una transferencia responsable y segura. Uno los aspectos a considerar es la distancia que debe haber entre la casa y un centro de salud resolutivo, el cual se recomienda no sea mayor a 30 minutos.
Las matronas/es que acompañamos en casa generalmente hablamos del plan B y C. El plan B es un traslado sin riesgo vital, por ejemplo un traslado por alguna distocia de posición, por detención de la dilatación, necesidad de analgesia, causas emocionales, entre otras; habitualmente un traslado asociado al plan B es más pausado y puede realizarse a una clínica u hospital, dependiendo del territorio donde ocurre el parto y/o de factores económicos de cada familia. En el mejor de los casos, el traslado a una clínica puede asegurar continuidad en la atención, ya que en Chile la matrona o matrón que este acreditada/o en la clínica donde se realiza el traslado, puede seguir sus labores clínicas al momento de ingresar, por otro lado, si el traslado es a un hospital público, no es posible dar continuidad a la atención y esta es asumida por el equipo de salud que se encuentre de turno. El plan C considera un traslado de emergencia a un centro de salud público o privado, con capacidad resolutiva frente a una complicación con riesgo vital de la madre y/o su bebé, como ejemplo una bradicardia fetal durante el trabajo de parto, una hemorragia postparto, asfixia del recién nacido/a, en estos casos la decisión dependerá de la cercanía del traslado. Actualmente el visualizar un traslado por riesgo vital a sido la justificación de equipos de salud para afirmar que el parto en casa es inseguro y riesgoso para la madre y su bebé, sin embargo, la evidencia científica actual es enfática al señalar que no existen diferencias en términos de morbimortalidad para la madre y su recién nacido/a al comparar el parto en casa y el parto dentro de una institución de salud (Reitsma et al, 2020; Hutton et al, 2019), la diferencia en términos de resultados maternos y neonatales variará si el parto es atendido por matronas/es capacitadas y si el parto en casa esta integrado al sistema de salud.
Es importante señalar que una matrona/matrón capacitado para atender partos en casa, decidirá el traslado en conjunto con la mujer y su familia según los hallazgos clínicos, acordando la mejor opción de traslado en mutuo acuerdo, y en caso de requerir un traslado por riesgo vital, la matrona/ón dará el soporte vital inicial mientras se coordina el traslado. En este último caso, dependiendo del lugar geográfico y disponibilidad inmediata de una ambulancia, se decidirá si el traslado se realiza de manera particular o se espera la llegada de una ambulancia. En países donde el parto en casa está integrado al sistema de salud, esperar la ambulancia generalmente es la primera opción. En un traslado la coordinación previa es crucial: disponer de los contactos telefónicos directos del hospital/clínica, conocer la(s) ruta(s) de traslado, conocer la casa de la mujer e identificar posibles vías de salida expedita, tener un automóvil disponible para el traslado, decidir previamente quien será chofer frente a un traslado que en ningún caso debería ser la matrona/ón, ya que estará dando soporte clínico y emocional a la madre y su bebé.
La guía NICE (2019), dá algunas recomendaciones claves frente a un traslado: a parte del soporte clínico necesario, es importante verbalizar todo lo que se este haciendo frente a una urgencia o emergencia, abordando cualquier inquietud que tenga la mujer y su familia para aliviar la ansiedad, intentando asegurar que se respeten los deseos de la madre y se obtenga su consentimiento informado, la comunicación telefónica directa con el hospital o clínica al cual se trasladará debería ser de parte de la matrona/ón que esta atendiendo el parto. Además, es importante que la mujer salga vestida o cubierta con una manta apropiada que la haga sentir cómoda antes y durante el traslado. En el caso que el traslado ocurra después del parto, es importante que la mujer se traslade junto a su hija/o.
La experiencia de un traslado ocupa un espacio importante en la mente de las matronas/es, ya que está asociado a una gran carga emocional; por un lado trasladan con la esperanza de solucionar una situación clínica que no se logró resolver en casa o que no se debe manejar en casa, además con la esperanza de tener una buena recepción en el hospital o clínica, tanto para la madre y para ellas, la antropóloga Davis-Floyd señala que una recepción positiva de parte del equipo de salud refuerza el sentido de las matronas/es en sí mismas como profesionales competentes, provocando un sentimiento de orgullo por el buen juicio clínico al decidir el traslado, además de gratitud hacia el sistema biomédico por su labor en atender el motivo del traslado, por otro lado, una recepción negativa puede dejar emocionalmente marcadas a la matrona/ón y a la madre, lo cual en futuros traslados puede significar retrasar un traslado oportuno, con resultados potencialmente negativos (Davis-Floyd, 2003).
En Chile hay diversas experiencias de matronas que asisten parto en casa y que han trasladado a un hospital o clínica, con experiencias positivas y negativas al momento de la recepción, sin embargo, es importante señalar que es clave lograr comunicarse personalmente con el equipo de salud que asumirá el cuidado clínico, ya sea una matrona o médico obstetra, con el objetivo de entregar los antecedentes de la historia clínica de la mujer y su bebé, esto puede significar disminuir la morbimortalidad materna y neonatal, ya que una matrona/ón capacitado para asistir partos en casa, antes del traslado seguramente hizo todo lo posible para evitar la transferencia, considerando que desde el punto de vista de nuestra formación profesional somos las/los profesionales idóneos para reconocer cuando una situación se desvía de lo normal y es necesario el apoyo de la tecnología y de un/una médico obstetra.
Independiente del motivo y plan que activen el traslado, la matrona y/o matrón seguirá en contacto con la mujer y su familia hasta conocer el estado de salud física y emocional de la mujer, su bebé y familia, además es necesario visitarles en su domicilio o verles en una consulta posterior para conocer su experiencia en el hospital o clínica, conversar detenidamente de la experiencia del traslado y dar continuidad al acompañamiento durante el puerperio y lactancia, independiente si la resolución clínica fue un parto vaginal o una cesárea.
Referencias bibliográficas
Federación de Asociaciones de Matronas de España. FAME, (2022) Recomendaciones sobre la atención al parto en casa. Documento basado en la evidencia.
Blix, E., Kumle, M., Kjærgaard, H., Øian, P., Lindgren, H. (2014). Transfer to hospital in planned home births: a systematic review. BMC Pregnancy Childbirth 14, 179. https://doi.org/10.1186/1471-2393-14-179
Alcaraz-Vidal, L., Escuriet, R., Zgonc, I. S., & Robleda, G. (2021). Planned homebirth in Catalonia (Spain): A descriptive study. Midwifery, 98, 102977.
Reitsma, A., Simioni, J., Brunton, G., Kaufman, K., & Hutton, E. K. (2020). Maternal outcomes and birth interventions among women who begin labour intending to give birth at home compared to women of low obstetrical risk who intend to give birth in hospital: A systematic review and meta-analyses. EClinicalMedicine, 21.
Hutton, E. K., Reitsma, A., Simioni, J., Brunton, G., & Kaufman, K. (2019). Perinatal or neonatal mortality among women who intend at the onset of labour to give birth at home compared to women of low obstetrical risk who intend to give birth in hospital: a systematic review and meta-analyses. EClinicalMedicine, 14, 59-70.
National Institute for Health and Care Excellence. (2019). 2019 surveillance of intrapartum care for healthy women and babies (NICE guideline CG190).
Davis-Floyd, R. (2003). Home-birth emergencies in the US and Mexico: the trouble with transport. Social Science & Medicine, 56(9), 1911-1931.
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