El Parto en Casa sigue siendo una controversia a nivel mundial, a pesar que la Confederación Internacional de Matronas y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia declaran, respaldados con sólida evidencia, que el parto en domicilio asistido por una matrona/ón calificada es seguro para la madre y su bebé.
A nivel global hay países donde el parto extrahospitalario está integrado al sistema de salud y en otros esta prohibido. Si analizamos el contexto de Chile, nuestra realidad es que no contamos con una regulación ni prohibición, lo cual permite que matronas y matrones acompañen la decisión de la mujer que desea parir en casa, respaldados por el artículo 117 del código sanitario, el cual menciona que las matronas/es pueden asistir la gestación, parto y puerperio y al recién nacido fisiológico, sin especificar cuál debe ser el lugar.
Pero, ¿por qué cuesta tanto aceptar la decisión de las mujeres sobre las circunstancias que rodean su parto? La respuesta puede abordarse desde diferentes perspectivas, una de ellas tiene que ver con el paradigma tecnocrático de atención en salud que predomina en nuestro país, el cual como menciona la antropóloga Robbie Davis-Floyd, se caracteriza por ver el cuerpo de la mujer como una máquina defectuosa que requiere constantemente de herramientas y tecnología para parir, ya que ve el parto y nacimiento como un evento inherentemente defectuoso, así lo ratificó el Policy Brief “La sobremedicalización del parto y nacimiento en Chile” publicado el año 2022 desde la Universidad de Chile, donde describen el exceso de medicalización e intervenciones médicas injustificadas que rodea el parto de las mujeres en las instituciones de salud, sumado a un exceso de cesáreas que no resiste análisis. Otra característica de este modelo de atención es la hegemonía tecnomédica, lo cual hace que todas las otras modalidades de atención del parto, entre ellas el parto en casa, sean vista como “alternativas” y sean constantemente invalidadas, a pesar de estar respaldadas con evidencia científica contundente. Es común escuchar declaraciones y opiniones de equipos de salud, hablando de un riesgo aumentado de morbilidad materna y neonatal que se relaciona con el parto en casa, citando artículos sin validez metodológica y aún peor, transmitiendo el mito que en los países donde el parto en casa esta integrado al sistema de salud, las mujeres cuentan con una ambulancia afuera de su casa el día del parto, ¿se imaginan esta escena? ¡calles, pasajes, edificios llenos de ambulancias! La verdad, esto no es real, más bien son declaraciones sin respaldo de profesionales de la salud que no tienen como justificar que el Parto en Casa con asistencia profesional es una opción completamente válida, que respeta el derecho y autonomía de cada mujer de decidir las circunstancias que rodean su parto y donde los Derechos del Nacimiento son respetados perse, porque en un parto en casa se respeta la capacidad física y emocional de la madre y su bebé durante todo el proceso, respetando sus ritmos, cuidando el ambiente y compañía que les rodean, siendo tratados como personas únicas con necesidades comunes y particulares, donde la intimidad es la base y donde no hay prisa para interrumpir el contacto piel con piel hasta varias horas post parto, favoreciendo el despliegue neurohormonal que todos los seres humanos traemos desde que nacemos y que son claves para iniciar la etapa del puerperio y lactancia; y donde todas las decisiones son tomadas de manera informada por la madre y el padre.
Nos falta avanzar hacia un modelo de atención de salud que respete la autonomía de las mujeres sobre su parto y nacimiento, lo cual requiere de voluntades a nivel del sistema de salud, cambios en el diseño organizacional de la atención médica y cambios a nivel de los profesionales de la salud. Desde mi experiencia clínica y docente creo que una clave esta en la formación profesional de quienes acompañamos a las mujeres y su familia en estos procesos, lo cual requiere de manera urgente mayor énfasis en los aspectos psicológicos, emocionales y neurofisiológicos que rodean el parto, así como también en temas de derechos humanos fundamentales, además de validar y reforzar la autonomía profesional de la matrona y matrón que modelo tecnocrático intenta invalidar constantemente.
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